Convento de clausura toledano del siglo XIV, formado por dos de los palacios mudéjares más antiguos de Toledo.
La Iglesia consta de dos naves paralelas cubiertas por alfarjes, en la que se conservan importantes obras de Jorge Manuel Theotocópuli, Luis Tristán, Diego de Aguilar, Pedro de Cisneros o Juan Bautista Monegro.
El coro conserva restos de pinturas murales del siglo XV, esculturas del siglo XIV y la sillería de nogal tallada del siglo XVI.
El claustro de los laureles, de estilo mudéjar, con zócalo de azulejos talaveranos (s. XVI), conserva una interesante pintura mural (s. XV) que representa la escena toledana de la Virgen imponiendo la casulla a San Ildefonso.
El patio del naranjo (siglo X) es la zona más antigua del convento, da entrada a la Sala de profundis y la Sala Capitular que corresponde a la antigua casa islámica del alfaquí.
El espacio contiguo a la Sala de profundis se encuentra literalmente volado sobre el cobertizo de Santo Domingo. Al fondo se encuentra la sala de labor de las hermanas con amplios ventanales y con magníficas vistas hacia la zona norte de la ciudad de Toledo.
A lo largo de la visita se pueden apreciar interesantes obras de arte, yesería, pintura, escultura, cerámica y orfebrería de incalculable valor.